Châteauneuf-Du-Pape Vieilles Vignes Blanco

En primavera, las contrastantes condiciones climáticas, predominantemente húmedas, y las correspondientes presiones criptogámicas, reviven recuerdos aún frescos, alimentando la inquietud de los viticultores conscientes. El espectro de la añada 2018 se cierne de todos.. Un temor agudizado por la perspectiva de una cosecha abundante, agravante de esta circunstancia. Pero, en la práctica, y a posteriori, estas lluvias primaverales relativamente generosas demostrarán ser muy beneficioso, al contribuir a la reconstitución de las reservas de agua. De hecho, este comienzo húmedo del año será seguido por un período de verano terriblemente seco. Amarga observación: 2020 es el tercer año consecutivo que sufre una sequía tan severa.. Afortunadamente, las noches son frescas. Como resultado las pocas llaves “miserables” otorgadas por la Madre Naturaleza se vuelven salvavidas. Las vides sobreviven, se adaptan… Y esto es, según el erudito término de uno de nuestros compañeros, la epigenética.. Sin embrago, con la proximidad de la vendimia, y mientras despega la “madurez tecnológica”, las madurez fenólicas permanecen paralizados… Un fenómeno que afecta particularmente a los sectores tempranos, las vides jóvenes y las vides relativamente pesadas: al comienzo de la vendimia, los Viticultores se enfrentan así a decisiones difíciles… Hecho raro, el más sabio de los viticultores, aquellos que apuestan por esperar las famosas “lluvias equinocciales”, no son totalmente recompensados; en 2020, por lo tanto, la virtud no necesariamente habrá valido la pena. La excepción que confirma la regla. Pero dura, muy dura observación, para un año excepcional a su manera… Sólo las viñas muy viejas, trabajadas minuciosamente, cumplen las expectativas de los viticultores exigentes. A costa de rendimientos bajos a muy bajos… Sin embargo: gracias a sus profundas raíces, una vez más, las viñas viejas tenían la clave del éxito. Incluso en esta cosecha tan especial.