10,50€
 /UD
Avenida de la Fontana, 12C, 03730, Jávea
15,95€
Nombre:
Colosia Cream
Variedad:
80% Palomino, 20% Pedro Ximénez
Tipo de vino:
VINOS BLANCOS
Añada:
2022
Crianza:
con una crianza en flor de al menos cuatro años.
Volumen:
750
Bodega:
Gutiérrez Colosía
Graduación:
18.0º
Enólogo:
Juan Carlos Gutiérrez Colosía
Alérgenos:
Contiene sulfitos
Vista:
De color oscuro.
Sabor:
almendra do seco y ligero al paladar
Aroma:
aroma punzante y delicado,
Maridaje:
Aperitivos, Chocolate, Foie, Pasteles de frutas, Patés, Postres de crema, Postres de frutas, Postres de frutos secos, Postres de hojaldre, Postres dulces, Quesos añejos, Quesos azules, Quesos de pasta suaves, Sólo, Turrones.
Elaboración: Este Cream está elaborado a partir de un oloroso de Palomino Fino, un vino que no ha tenido velo de flor en su crianza. Se mezcla con un porcentaje de Pedro Ximenez para darle ese dulzor característico de este tipo de generosos y se cría durante 4 años.El objetivo de este sistema es obtener vinos homogéneos y con sabor uniforme. Es un sistema dinámico. Se produce por el “corrimiento de escalas” de vinos de diferentes años. Para ello se sigue un sistema de criaderas (botas que “crían”) y soleras (botas que están en la hilera del “suelo” cuyo vino está listo para ser embotellado). Las botas de cada tipo se colocan una sobre otra. Cuando se produce una saca (o rociado) de la bota de solera, ésta se rellena con el vino procedente de la bota inmediatamente superior, y así se hace sucesivamente siguiendo la escala del resto de criaderas. Se suele realizar con unos utensilios llamados canoas y rociador, de modo que el vino entra en las botas poco a poco, como un rocío, con objeto de que la flor del vino no se dañe. Es un procedimiento muy caro pero que garantiza la calidad de los vinos.
El objetivo de este sistema es obtener vinos homogéneos y con sabor uniforme. Es un sistema dinámico. Se produce por el “corrimiento de escalas” de vinos de diferentes años. Para ello se sigue un sistema de criaderas (botas que “crían”) y soleras (botas que están en la hilera del “suelo” cuyo vino está listo para ser embotellado). Las botas de cada tipo se colocan una sobre otra. Cuando se produce una saca (o rociado) de la bota de solera, ésta se rellena con el vino procedente de la bota inmediatamente superior, y así se hace sucesivamente siguiendo la escala del resto de criaderas. Se suele realizar con unos utensilios llamados canoas y rociador, de modo que el vino entra en las botas poco a poco, como un rocío, con objeto de que la flor del vino no se dañe. Es un procedimiento muy caro pero que garantiza la calidad de los vinos.
Historia de la Bodega Desde 1838, se encuentra en la desembocadura, en la Bahía de Cádiz, del río Guadalete. Los vientos secos de Levante y húmedos de Poniente provenientes del Atlántico regulan la humedad ambiental manteniendo las condiciones óptimas para los vinos. La estabilidad y calidad de los vinos Gutiérrez-Colosía están garantizadas por una esmerada crianza por el sistema de criaderas y soleras, siguiendo la mejor tradición de la comarca. La estructura de las bodegas es conocida en la zona como “nave de catedral”. Son edificios de gran altura y numerosos arcos que exponen los vinos a la influencia del clima especial del que goza la comarca del Jerez. Herederas de una larga tradición vitivinícola: La primera nave fue construida en 1838 y se conserva prácticamente igual que entonces. Pasó por varios propietarios hasta que a principios del siglo xx la compró D. José Gutiérrez Dosal, bisabuelo de la última generación de la familia Gutiérrez- Colosía. En 1969, la familia Gutiérrez-Colosía compró las ruinas del Palacio del Conde de Cumbrehermosa -cargador de Indias-, que ya tenía una bodega, y en su lugar hicieron construir dos naves más. Las Bodegas Gutiérrez-Colosía son las únicas que actualmente dan directamente al río Guadalete lo que le aporta la humedad perfecta para la crianza biológica de los vinos finos bajo el velo “en flor” (microorganismos que se reproducen en la superficie del vino).